Engel Morales, Martha Matus y Susana Rugama.

ABSTRAC

El Ministerio de Educación Especial a través de La Dirección de Educación Especial, elaboró el siguiente artículo con el objetivo de sensibilizar a los padres de familia, sobre la importancia del proceso de ablactación de sus hijos con discapacidad en edad temprana. A medida que sus hijos crecen, su organismo demanda otros nutrientes, por lo que hay que empezar con un proceso de alimentación conocido como ablactación, siendo esta la alimentación complementaria, que comienza con el consumo de alimentos sólidos, cuando la leche materna ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales del bebé, lo cual fortalecerá su desarrollo neurológico desde la nutrición complementaria.

De esto, se genera la importancia de implementar el proceso de ablactación en los niños con discapacidad, empezando a introducir la alimentación complementaria, igual que hacemos con el resto de los niños y con mucha razón contribuir a una alimentación que proporcione la estimulación de neurotransmisores y desarrollo neurológico.

Palabras claves: ablactación, edad temprana, lactancia materna, nutrientes, desarrollo neurológico.

 Introducción

El primer año de vida es un período fundamental en el estado nutricional del infante (Gálvez:  2014 p. 136) en primer lugar es el período de crecimiento y desarrollo más rápido en la vida del niño ya que su peso es triplicado y su talla se incrementa en un 50%, razón por la que las demandas nutricionales son mayores. Por otra parte, se establecen hábitos nutricionales que permitirán, no sólo conseguir un crecimiento adecuado, sino la prevención de problemas de salud de adulto y evitar enfermedades relacionadas con la dieta.

Desde el Programa de Educación Temprana, establecido desde 1980, en las escuelas de educación especial del país, se han atendido a la mayoría de las familias nicaragüenses con hijos con discapacidad, a quienes se les brinda acompañamiento y entrenamiento en el cuido, crianza y manejo de la discapacidad; siendo el proceso de ablactación una de las estrategias implementadas en el hogar para la buena nutrición de los hijos.

La alimentación ha constituido un importante pilar para lograr una adecuada calidad de vida y bienestar, así como para conseguir una plena inclusión social. En este sentido, el momento de la comida debe ser una situación agradable para los bebés, especialmente para aquellos que tienen una discapacidad.

Es importante que estos momentos no se provoque angustia, tensión en los niños y sus padres, por lo que se requiere fomentar la autonomía en la alimentación desde una edad temprana, para que los tiempos de la comida no se conviertan en algo temido y desagradable que genere estrés y rechazo.

Los niños con discapacidad pueden mostrar cierto retraso en sus habilidades para comer y beber. Es usual notar dificultades en el momento de pasar de los alimentos líquidos y blandos a otros más sólidos. También al morder y masticar, esta situación repercute en su estado nutricional, por lo anterior es necesario prevenir desde la etapa del nacimiento los trastornos asociados con la alimentación.

Es importante considerar:

  • Que la alimentación favorece el ejercicio de los músculos faciales, tan necesarios para el posterior desarrollo del lenguaje.
  • Que la alimentación constituye un pilar de la autonomía personal, necesaria para lograr una adecuada calidad de vida.

La alimentación complementaria (Gálvez: 2014, p. 119) se refiere a todos los alimentos que recibe el niño diferente a la leche: cereales, frutas, verduras, carne, pescado, huevos, entre otros. Para el lactante con discapacidad, al igual que el resto de los lactantes, la introducción de la alimentación complementaria va a suponer un cúmulo de nuevas experiencias.

Con la introducción de la alimentación complementaria tendremos múltiples oportunidades para estimular el desarrollo psicomotor del lactante, procurando favorecer en cuanto sea posible la autonomía del niño.

Conviene entonces, convertir estas experiencias en algo agradable y respetar el gusto y apetito, no debiendo forzarle a comer lo que no le es atractivo y no quiere, que el niño desde edad temprana controla su apetito.

Este proceso solo debería comenzar a partir de los seis meses, debido a que hacerlo antes solo se reflejará en el aumento descontrolado del índice de masa corporal, elevación indiscriminada del porcentaje de grasa, incidencia de enfermedades respiratorias y problemas en el aparato digestivo. En este sentido, será el pediatra el que vaya introduciendo los alimentos que él considere adecuado, teniendo en cuenta la edad del niño, como se mencionó anteriormente.

El problema principal es que frecuentemente las madres y padres de familia con hijos con discapacidad muestran miedo y preocupación cuando se recomienda que vayan introduciendo en la dieta de su hijo alimentos sólidos, ya que temen que el niño se atragante o no pueda masticar por la falta de dientes, los cuales suelen aparecer en un tiempo más prolongado en comparación con otros niños. En ocasiones estas preocupaciones condicionan un retraso en la introducción de la alimentación complementaria más allá de los 6-7 meses, lo que resulta perjudicial para el desarrollo del niño. Los principales problemas están en relación con la masticación y la deglución.

En algunos casos, los niños escupen los alimentos, tienen dificultades para llevar este hacia la parte lateral de la boca, comenzar la masticación, presentan dificultades para beber líquidos de un vaso, incluso para deglutir el alimento. Estos problemas no deben hacer desistir a las madres y padres de familia en la introducción de la alimentación complementaria.

Para resolver estos problemas se recomienda comenzar aproximadamente a los 6 meses, con una alimentación semisólida, donde los alimentos se preparen procurando que tengan una textura blanda y suavemente condimentada.

La forma de introducir la alimentación complementaria puede variar de un niño a otro. Aunque existen algunas recomendaciones que no debemos olvidar, lo mejor será, teniendo en cuenta cada caso, seguir las recomendaciones específicas del pediatra. (Casanueva: 2001, p. 272).

A continuación, ponemos a disposición de madres y padres de familias, algunas estrategias que ayudarán en la formación de buenos hábitos alimenticios en la vida de sus hijos:

  • La edad correcta para introducir alimentos sólidos, es a partir de los seis meses.
  • Una correcta higiene bucodental, para evitar alteraciones digestivas y trastornos gastrointestinales, que se pudieran generar producto de una mala implementación de la alimentación complementaria.
  • El niño debe permanecer incorporado en el regazo de la madre, estimulándolo para que mueva la cabeza, busque la cuchara y abra la boca.
  • En ningún momento es recomendable meterle la cuchara en la boca ni abrírsela a la fuerza.
  • El alimento debe ser relativamente espeso, pero sin que dificulte los movimientos de la lengua.
  • Dar el alimento con cuchara en pequeñas cantidades en la parte central de la boca sólo cuando la lengua está dentro de la misma.
  • La cuchara debe situarse en la zona media de la lengua, ejerciendo una ligera presión hacia abajo.
  • Si el niño no cierra la boca para deglutir el alimento, es necesario ayudarle, inmovilizándole la mandíbula, es decir, ayudándole con la mano a mantener la boca cerrada después de introducir el alimento, para que no pueda echarlo de nuevo hacia delante y mejoren los movimientos de la lengua y de los labios.
  • Es conveniente colocar siempre al niño lo más vertical posible con el tronco recto.
  • Suspender cuando el niño rechace insistentemente un alimento, es preferible intentarlo de nuevo.
  • No mezclar alimentos dulces y salados para enmascarar el sabor.
  • Seleccionar alimentos frescos y nutritivos.
  • La higiene es fundamental. La persona encargada de preparar los alimentos, como así también todos los utensilios que intervienen en dicha elaboración deben tener una perfecta higiene.
  • Incorporar el alimento de manera lenta, observando la tolerancia del bebé hacia el mismo, esperar un par de días antes de incorporar otro diferente.
  • Los alimentos deben cocinarse con poca agua. El agua de cocción en especial de verduras puede aprovecharse en otras preparaciones (purés y papillas).
  • No exagerar la cocción, así aprovechamos la mayor cantidad posible de nutrientes. El método de cocción más adecuado es el hervido, puesto que no irrita la mucosa intestinal del bebé.
  • No agregar sal, preservantes, azúcar ni miel a ninguna preparación durante el primer año de vida.
  • La temperatura de la comida y alimentos debe ser tibia.
  • La actitud del adulto al dar la comida debe ser de suavidad, motivadora y de mucha paciencia. Se debe respetar el tiempo de aprendizaje y evolución del bebé. Evitar agobios y agresividad, aunque la mejor intención sea nutrirlo, logrando de esta manera que su primera experiencia con la comida sea agradable y placentera.
  • Higienizar las encías y la lengua del bebé luego de cada comida con una gasa húmeda o un cepillo para bebé, al menos antes de ir a dormir, para así evitar la aparición de caries a temprana edad y así que goce de una buena salud oral.
  • Algunos niños tal vez no tengan la coordinación necesaria para comer solos o masticar y tragar de manera segura, por lo que es necesario solicitar información por un especialista de la salud, el pediatra o nutricionista, quienes facilitaran recomendaciones sobre los cuidados necesarios para evitar cualquier accidente, y técnicas para alimentarlos, como la alimentación por sondas, posición del cuerpo y el nivel de procesamiento de los alimentos.

 

  • Entre la dieta y la edad se sugiere lo siguiente:
  • De seis meses: papillas de frutas: banano, manzana, mango, zanahoria, papa, ayote, calabacín, acelga y cereales sin gluten.
  • De siete a nueve meses: yema de huevo, frijoles, porciones pequeñas de carnes magras (carnes sin grasa) de res, pavo, pollo, colados, cocidos, lentejas y garbanzos.
  • De nueve a doce meses: es la edad ideal para que coma en familia y toque los alimentos con sus propias manos. En este instante, puede comer avena, todo tipo de frutas (menos las cítricas), maíz, pasta, pan, quesos y legumbres.
  • En todo momento es fundamental mantenerlos hidratados con agua, para ayudarlos con la digestión y la absorción adecuada de los nutrientes.

 

Es importante resaltar que con la implementación de esta estrategia en el proceso de ablactación se ha logrado lo siguiente:

  • Mejorado los niveles nutricionales de sus hijos con discapacidad.
  • Incrementado la participación de la familia en este proceso y sobre todo los vínculos de afectividad entre los padres.
  • Favorecido el proceso terapéutico, ya que complementó los beneficios con otras terapias.
  • Fortalecido el proceso madurativo cerebral, a través de la ingesta de la variedad de nutrientes.
  • Desarrolló de la autonomía personal de acuerdo a su edad.

 

Metodología

La metodología empleada es de tipo cualitativo, como afirma Manean el método cualitativo puede ser visto como un término que cubre una serie de métodos y técnicas con valor interpretativo que pretende describir, analizar, decodificar, traducir y sintetizar el significado, de hechos que se suscitan más o menos de manera natural (1983:49).

La técnica  utilizada fue la observación indirecta, la cual consiste en recoger datos de otros sujetos.

Este artículo recoge recomendaciones de docentes del Programa de Educación Temprana, quienes han tenido la oportunidad de recopilar algunas estrategias para el inicio del proceso de la ablactación.

De igual forma se realizó una investigación bibliografía sobre el tema y posterior se realizó un filtro de datos teniendo en cuenta las reseñas más actualizadas.

Discusión

Desde la Dirección de Educación Especial del MINED, es la primera vez que se escribe sobre Estrategias en el proceso de ablactación en niños con discapacidad, considerando la relevancia de este proceso de desarrollo en beneficio del niño y de las familias nicaragüenses.

La mejor manera de alimentar a un lactante es con la leche materna la cual cubre todas las necesidades nutricionales e hídricas en los primeros seis meses de vida.

Hoy en día son diversos escenarios lo que intervienen en la adecuada alimentación de un bebé y en especial el consumo de la leche materna. Es preocupante la creciente tendencia de las madres de no alimentar con el pecho o suspender la lactancia tempranamente. Existen casos de que la ablactación se emprende de manera precoz, de acuerdo a factores culturales, estilos de crianza y hábitos nutricionales (Tamarit, De Dios, Domínguez y Escribano, 1990).

También, el abandono de la lactancia materna es producto de las indicaciones del médico, en el sentido de que este último aconseja introducir el consumo de leches en fórmula. Una posible explicación de lo anterior es que las indicaciones médicas hayan sido motivadas por la presencia de infecciones gastrointestinales, reflujo, alergias, intolerancia a la lactosa, entre otras.

El análisis de este tema de manera exploratoria, coincide con los escritos por otros autores: Schopler, Mesibov y Hearsey, 1995; Rivière, 1984; Schopler, Mesibov y Hearsey, 1995. Particularmente en el sentido de que corroboran la existencia de una tendencia hacia el abandono temprano de la lactancia al seno materno. Existe la persistencia de una fracción de familias en las cuales se mantiene una lactancia prolongada, sin introducir otros alimentos; ambas condiciones afectan de manera negativa la nutrición y la salud del bebé, por lo que es necesario balancear acciones que promuevan el consumo de lactancia materna combinada con la ingesta de alimentos sólidos a partir de los seis meses.

Conclusiones

Lo importante de la nutrición infantil es darles a los niños con discapacidad lo que necesitan, recordando que la lactancia materna sea la fuente de alimentación exclusiva de su bebé.

A partir del primer año es recomendable reforzar su alimentación con otras opciones complementarias de nutrición; como la ingesta de alimentos sólidos, que les brindan a los pequeños un óptimo soporte nutricional, apoyan a su inmunidad, mejoran la tolerabilidad gastrointestinal y favorecen su adecuado crecimiento, y desarrollo físico y cognitivo en los primeros tres años de vida.

En la ablactación empieza su aprendizaje en coordinación de habilidades de percepción, así como el inicio de su desarrollo motriz como rodar, sentarse y hasta la posibilidad de gatear.

Agradecimientos

Agradecer la disposición, colaboración de madres, padres de familia, de las niñas, niños y docentes del programa de Educación Temprana.

 

Lista de referencias bibliográficas:

Casanueva, E. (2001, pág. 272) Nutriología Médica, 2da. Edición. Editorial Médica

Panamericana.

Gálvez, M. (2014,  pág.119) Guía De Alimentación Para Bebés Con Síndrome De Down.

España Editorial.

Licata, M. (2013) La Ablactación Introducción de alimentos a la dieta. Recuperado de

https://www.zonadiet.com/alimentacion/ablactacion reglasbasicas.htm

 

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