Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997)
Gracias a la nueva constitución aprobada por el Gobierno Sandinista en 1987, el 25 febrero de 1990 se practicaron elecciones, ganando la Unión Nacional Opositora (UNO), encabezada por la Señora Violeta Barrios de Chamorro, quien Gobernó Nicaragua del 25 de abril de 1990, al 10 de enero de 1997.
Con la llegada al poder de la UNO, se termino la visión integradora y Nicaragua se sumergió en esta cruda realidad de tener niños, niñas y adolecentes fuera del sistema escolar. Además de negar las experiencias exitosas logradas en los 10 años del gobierno revolucionario, significando un retroceso para la educación.
Al iniciar el proceso de descentralización y desconcentración de funciones y recursos financieros, expresados en el Modelo de Autonomía; política educativa que elimino el derecho a la educación gratuita y de calidad, retornando al alfabetismo. Además de aumentar los niveles de deserción escolar; al llegar los cobros, que no podían ser cubiertos por los padres de familia. Cobros que causaron corrupción en los centros, ya que estos administraban sus ingresos.
Gobierno de José Arnoldo Alemán (1997-2002).
Durante ese tiempo se continuó con la Autonomía Escolar y la Educación de Jóvenes y Adultos quedo reducida a su mínima expresión, funcionando solo el Bachillerato por Madurez, modalidad equivalente al Ciclo Básico y al Diversificado, traslado a la Dirección General de Educación de Jóvenes y Adultos.
En 1997 mediante la firma de un Acuerdo entre la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), los gobiernos de España y Nicaragua desarrollan el Programa de Alfabetización y Educación Básica de Adultos (PEBANIC), ofertando la educación Primaria como modalidad no formal y Primaria Acelerada Nocturna (CEDA), además de la Habilitación Laboral.
Gobierno de Enrique Bolaños (2002-2007)
Esta vez con el disfraz de Plan Nacional de Educación, el gobierno de Bolaños continuó negando una educación gratuita a los derechos de los niños, niñas y adolecentes. Durante este período un estudios del Banco Interamericano de Desarrollo, “revelaron que solo 11.3% de los alumnos de Primaria, lograron terminar el curso de secundaria, obedeciendo generalmente a razones económicas”.
Asimismo se identificó que las altas tasas de “Repetición y Deserción” estaban vinculadas a la falta de certificados en los docentes, crónica escasez de materiales didácticos e “inadecuadas condiciones físicas en más de la mitad de las aulas de primaria”.
Otro acto “inhumano y egoísta” de los gobiernos neoliberales en el 2005, fue el fin de la entrega del vaso de leche. La que beneficiaba a “350 mil niños y niñas, durante cien días hábiles de clases en 2,000 centros de preescolar formal y comunitario, además de centros de educación primaria ubicados en 79 municipios de 16 departamentos del país en situación de pobreza severa, alta y media”.
Esta dura realidad creada por los gobiernos Neoliberales construyo un regresivo aumento en la equidad del derecho constitucional a la educación, “expresado en el déficit de cobertura educativa a través de la exclusión de más de 800 mil niñas y niños”.
La Autonomía Escolar Privatizó la educación, esto significó que la mayoría del pueblo si quería estudiar tenía que:
•Pagar matrícula y mensualidades.
• Comprar los libros de sus hijos.
• Asumir los costos de los negocios de kermés.
• Pagar los vigilantes de la escuela.
• Comprar las escobas y lampazos.
• Pagar las reparaciones de las clases de sus hijos, los exámenes de reparación y cursos de nivelación.
•Si no pagaban todo esto, no podía entrar a clase, ni recibir sus notas.
Recibieron millones de ayuda extranjera para programas que no mejoró la calidad de la educación y asistieron menos niños a la escuela.
Se maltrataron a los maestros, fueron despedidos, olvidados, los salarios fueron congelados. A los estudiantes se les negó el Derecho a organizarse y a participar libremente.
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