Esta tarde se realizó el Encuentro Regional de Orquestas Sinfónicas Estudiantiles desde el Salón de los Cristales del Teatro Nacional Rubén Darío, donde se vivió una inolvidable jornada cultural que reunió a 185 estudiantes en el escenario.
El evento es el resultado de un compromiso sostenido en los talleres de música impartidos por la Dirección de Arte y Cultura del Ministerio de Educación en conjunto con el Teatro Nacional Rubén Darío.
La actividad contó con la presencia de familiares de los protagonistas e instructores, quienes se deleitaron con un recorrido musical de 12 piezas de obras nacionales e internacionales.
Un logro educativo y cultural
Mendy Arauz, Ministra de Educación, expresó su profunda satisfacción ante el éxito del evento, destacando la magnitud del proyecto.
“Estamos muy contentos, llenos de orgullo de poder el día de hoy presentar este concierto regional de orquesta sinfónica en el que nuestros niños y niñas, 185 protagonistas de las orquestas de Jinotepe, de Managua, de todos los distritos en los municipios de Tipitapa y Ciudad Sandino. Hoy es la máxima cúspide de todo un esfuerzo, de todo un proceso que hemos venido realizando para incorporar, como parte de esa formación y desarrollo integral que han mandatado nuestros Co-Presidentes en la educación, el fortalecimiento del aprendizaje musical y artístico de todos los estudiantes”, afirmó Arauz.
Por su parte, el director del Proyecto de Orquesta Sinfónica de Estudiantes, Samuel Zúñiga compartió su alegría y orgullo por el desarrollo de los jóvenes músicos.
“Para mí hoy es un día lleno de felicidad, un día lleno de orgullo, porque hoy vamos a presenciar a nuestros estudiantes de este proyecto, que tiene como objetivo proyectar nuestra identidad cultural, fomentar el trabajo en equipo y también mostrar los diferentes niveles que hemos logrado durante todo este año”, mencionó Zúñiga.
El repertorio destacaba el folklore nicaragüense como “El Grito del Bolo” y piezas internacionales, entre las obras ejecutadas se incluyeron composiciones de renombre como el Danzón número 2 y la Novena Sinfonía de Antonín Dvořák.