Viaja a Barcelona en Enero y regresa a París, donde se reune en mayo con Francisca Sánchez, su hijo Güicho y la hermana de Francisca, María. Invitado por Juan Sureda y Pilar Montaner, pasa el otoño en Valldemosa, en la Isla de Mallorca, en un período de alta actividad creativa. Escribe “La Cartuja”, “Los Olivos”, “Valldemosa” y emprende una novela autobiográfica, Oro de Mallorca, que también habrá de dejar inconclusa.
Luchando contra el alcohol, tiene entonces un período de misticismo que se registra en su retrato con hábito de cartujo. (Rubén Darío dictado a dos Secretarios.- Buenos Aires. 1812)
Oswaldo Bazil lo visita y trata en vano de aplacar su alcoholismo. Se embarca para Barcelona el 27 de Diciembre y retorna a Paris.
La Nación ha publicado en este año La Historia de mis Libros, y ha aparecido Los Cálices de D. Agustini, con su “Pórtico”.